La Torre Iberdrola de Bilbao ha recibido la máxima nota del Sistema de Calificación de Edificios Sostenibles, denominado Leed, con lo que es el primer inmueble de España y el más alto de los europeos en recibir esta calificación, según ha informado la compañía eléctrica en un comunicado.
El Sistema de Calificación de Edificios Sostenibles, según ha informado Iberdrola, es un método internacional voluntario que evalúa y reconoce los proyectos que llevan a cabo prácticas más respetuosas con el medioambiente.
Para ello se analiza la eficiencia energética y en el tratamiento de las aguas, el uso de energías renovables, la utilización de materiales poco emisores o la innovación en tecnología y procesos.
El edificio, según ha destacado Iberdrola, dispone de aparcamiento para bicicletas con instalaciones de duchas y vestuarios. En el garaje se ha reservado los lugares preferentes para los coches híbridos y eléctricos que, además, disponen de puntos de recarga.
El entorno ha sido ajardinado con especies locales que requieren un menor aporte de agua potable. Además, se ha habilitado un mecanismo para retener el agua de lluvia y mantener el suelo húmedo. El sistema de riego es manual, evitando así el gasto innecesario de sistemas automáticos preprogramados que no controlan el estado real de la vegetación.
Gran parte de los materiales utilizados en la construcción, en torno al 20%, provienen del entorno. La doble fachada acristalada permite un ahorro energético del 18,1%, mientras que refrigerantes empleados en el sistema de aire acondicionado están libres de CFCs.
Las oficinas están dotadas con sensores de luminosidad que permiten regular, en función de la luz natural, la intensidad de las luminarias. Los aseos, así como la mayor parte de los espacios no ocupados del edificio, cuentan con un sistema de encendido mediante detección de presencia que permite ahorrar energía mientras se encuentran desocupados.
Todos los accesorios sanitarios de todos los aseos de la Torre cuentan con limitadores de caudal, que permiten ahorrar más de un 30% en el consumo de agua respecto a un edificio tradicional. Además parte del agua empleada en los lavabos se dirige a un sistema de reciclado, en el que también se recogen las aguas pluviales de la cubierta, para posteriormente reutilizarla en las cisternas de los WC.
«El futuro más reciente pasa por la sostenibilidad y la eficiencia energética».