Eólica, fotovoltaica, biomasa o geotermia. Las energías renovables dan la A energética. Gracias al sol, (motor generador de viento, nubes, y plantas) y al calor latente en el interior terrestre se evitando la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera y logrando el auto abastecimiento energético.
En muchos de los edificios de nueva construcción la energía que consumen proviene de fuentes renovables la asignatura pendiente es aprovechar la ejecución de reformas en edificios existentes para incorporar las energías renovables.
Tenemos el caso de Arroyo Bodonal en Tres Cantos (Madrid), uno de los proyectos pioneros en España porque las ochenta viviendas que se van a construir serán unas de las primeras en obtener la etiqueta energética de clase ‘A’ e incluir, entre otras energías, la geotermia, que se aprovecha del calor del interior de la tierra, para la climatización y el agua caliente.
Otro ejemplo es el de la empresa de construcción Grupo Ortiz para el levantamiento de su nueva sede en Vallecas (Madrid), con un intercambiador geotérmico tierra-aire y paneles solares fotovoltaica y térmica, que permiten un ahorro energético del 10%.
‘La revolución energética en la construcción debe empezar a plasmarse en la realidad cotidiana’
Según el Plan de Energías Renovables elaborado por el IDAE, nuevos combustibles renovables, equipos más eficientes, refrigeración solar, etc. son la base de «una revolución energética en el sector de la construcción, que de acuerdo con la política energética nacional y comunitaria debe empezar a plasmarse en la realidad cotidiana».
Según datos de la Asociación Española para la Calidad en la Edificación, el interés por la etiqueta energética de la vivienda «se ha disparado» y hasta la fecha más de 15.000 propietarios han solicitado presupuesto para contratar la Etiqueta Energética de sus viviendas. Se estima que el 40% de la energía primaria que se consume en Europa corresponde al sector de la edificación y el transporte urbano, que constituye una de las principales fuentes de emisión de dióxido de carbono.
El director del departamento de Energía edificatoria del Centro Nacional de Energías Renovables (Cener), Florencio Manteca, ha apostillado que las renovables tienen plena aplicación en las ciudades, particularmente la solar térmica. De hecho, el código técnico edificatorio exige que un tanto por ciento del agua caliente sanitaria se satisfaga con energía solar térmica. Este código también obliga al aprovechamiento de la fotovoltaica dados los niveles de radiación solar que hay en España. Sin embargo, la implantación de la biomasa «está resultando costosa en España, quizá por problemas culturales», mientras que el centro de Europa -añadió- está «totalmente normalizada».
Integrar las renovables reduciendo costes se logra con ‘un diseño integrado’
Según Manteca, la forma de integrar las renovables minimizando los costes y reduciendo el periodo de amortización es «realizar un diseño integrado» para incorporar esos elementos renovables» en las edificaciones. Sin embargo, la única manera de reducir las emisiones de CO2 -apunta Manteca- es actuar con la ciudad existente y proceder a la rehabilitación energética de las 25 millones de viviendas que fueron construidas en España sin criterios de eficiencia energética.
Para Manteca, hay una gran desinformación entre la ciudadanía acerca de la energía que consume, por lo que disponer de un ‘display’ en las casas que reflejase el gasto energético, «haría que se ahorrara mucha energía». Según la directiva europea sobre edificios, hasta 2020 las nuevas edificaciones, así como la rehabilitación de los edificios se deben hacer bajo la premisa de consumo energético «casi nulo».
Fuente: http://www.elmundo.es/elmundo/2013/01/03/suvivienda/1357217361.html