Son varios los casos en los que, ya sea por el apego a una zona o por multiples necesidades, la solución para no tener que trasladarse de una vivienda a otra pasa por la ampliación de la misma.
No es algo sencillol, pues para ello, además de los inconvenientes técnicos y legales que conlleva esta actuación, es preciso encontrar otro piso o un espacio anexo para poder llevar a cabo dicha reforma y reestructuración integral de la casa.
Lo primero que hay que tener claro en estos casos es qué se quiere hacer, cuáles son las necesidades y cuál es el carácter que se quiere imprimir al hogar para tenerlo en cuenta a la hora de diseñar.
El ejemplo más común es el de un propietario que tiene un piso en el centro de la ciudad y quiere expandir su vivienda por diferentes motivos.
En muchas ocasiones, ante la necesidad de nuevos espacios, se presenta la tesitura de qué hacer, dónde caber y dónde invertir. Tras estudiar las ventajas e incovenientesde trasladarse a la periferia, y tras comprobar el precio desorbitado de los pisos, a veces surge la coyuntura de que la casa de al lado se pone a la venta, lo que supone, como en este caso, que se decida ampliar la vivienda anexionando la colindante.
Funcionalidad de espacios
Una vez tomada esta decisión, hay que plantear la obra desde dos puntos de vista, el técnico y el legal. En cuanto al técnico, es importante estudiar por dónde se va a realizar la unión entre ambas viviendas y cómo va a afectar ésta a la funcionalidad de los distintos espacios.
Normalmente el aspecto técnico se cruza con el legal, por ejemplo en casos como el de los edificios antiguos que cuentan con importantes muros de carga.
Desde el punto de vista legal, tanto para la segregación de una vivienda como para la anexión de otra, es necesario contar con la aprobación unánime de la comunidad de propietarios.
A la hora de realizar una reforma de interiores de este tipo se pueden llevar a la práctica ideas originales que doten de un mayor confort a la vivienda.
Así, la tendencia a crear espacios diáfanos también se puede poner en práctica eliminando habitaciones minúsculas mediante el derribo de tabiques. Al contrario de lo que suele suceder con los pisos antiguos, que a menudo cuentan con poco frente en la fachada y mucho fondo.
En definitiva este tipo de obras suelen ser muy provechosas para el propio propietario ya que si se le llegan a conceder los permisos necesarios y la obra se lleva a cabo, obtendra la ampliación de su vivienda sin necesidad de desplazarse. Sin embargo es importante tener en cuenta una serie de aspectos técnicos y legales que en ocasiones interrumpen o impiden la realización de estas expansiones.